Un lugar acogedor en plena naturaleza, rodeado de un entorno encantador y un río tranquilizante. Las habitaciones son cómodas y decoradas con buen gusto, perfectas para desconectar del agobio de la ciudad.

La verdad, un calor que parecía sauna nocturna, ¡casi me creo que estaba en un spa!

El entorno es muy bonito, ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza. La habitación tiene encanto, aunque un poco pequeña, y la decoración contribuye a una atmósfera acogedora que invita a relajarse.

La habitación era más pequeña de lo que esperaba y el baño necesita algunas mejoras, como cambiar la bañera por una ducha, ya que la configuración actual no resulta práctica. La limpieza dejaba que desear, con telarañas y un olor extraño a productos para madera. Además, la televisión era diminuta, limitando la posibilidad de disfrutar de un rato de entretenimiento por la noche. Finalmente, el acceso al molino desde el parking puede ser complicado debido a las escaleras con empedrado irregular, lo que podría ser incómodo para quienes tienen problemas de movilidad.

Este lugar me cuadra perfecto y siempre encuentro lo que necesito, como el wi-fi, el bar, y el restaurante. En mi primera visita, el personal me ayudó con las maletas, lo cual recuerdo con cariño. ¡Recomiendo probar el lechazo! Volveré para Navidad.

Pasamos un gran fin de semana con amigos, disfrutando de excursiones a caballo ySenderismo. Ideal para desconectar. El desayuno era correcto y el salón perfecto para charlar. hay alquiler de bicicletas y las pistas de esquí a solo 30 minutos en coche, ¡una gran opción para los aventureros!

El acceso era complicado con maletas grandes debido a la falta de ascensor, lo que puede resultar incómodo al llegar o salir.

El Molino De La Ferrería ofrece una experiencia encantadora, rodeado de un entorno natural que invita a la relajación. Aprecié la amabilidad del personal y la decoración cuidada del hotel, aunque el acceso con maletas grandes puede ser un poco complicado. La habitación era cómoda, ideal para descansar.

El entorno es idílico, con un jardín que invita a relajarse. La cena fue deliciosa y abundante, aunque la habitación tenía un poco de calor por la noche.

Recomendable para pareja con niño

La atención de los dueños fue impresionante. Siempre estaban allí para ayudarnos y nos hicieron sentir como en casa. Al llegar, nos sorprendió el entorno tranquilo y el jardín hermoso. Un día nos sentamos en el jardín, disfrutando del sonido del río, mientras mi hijo corría y jugaba. cenamos un menú delicioso, con opciones ideales para los niños. Disfrutamos de unas raciones generosas y de los postres que no se pueden dejar pasar, ¡incluso los niños se acabaron el mousse de chocolate sin problemas!

No fue económico, pero los precios eran razonables.

La habitación era amplia y cómoda, con un ambiente acogedor que te hace sentir como en casa. La cama era muy amplia y se dormía de maravilla, ¡sin ruidos ni molestias! Aunque no había ascensor y eso complicaba un poco con maletas grandes.

El desayuno incluye embutidos locales y tostadas con aceite, que son deliciosas. Además, el salón para juegos es un buen lugar para compartir momentos con amigos.

Un lugar encantador en plena naturaleza

Pasamos tres noches en un entorno idílico rodeado de naturaleza. El restaurante ofrece una experiencia culinaria única. no se pierdan el lechazo y los postres variados. Un consejo, lleven repelente, especialmente en verano. Una verdadera joya para quienes buscan desconectar.

esperaba un trato de primera, pero la habitación era shocking, pequeña y con un baño que pedía a gritos una renovación. además, la televisión era tan minúscula que apenas se podía ver nada, y eso sin mencionar las telarañas visibles en las esquinas. y ya que estamos en esto, un pequeño obsequio para compensar todo esto se habría agradecido. casi le doy 5 estrellas, pero no pude.

Tuve una experiencia muy gratificante en este alojamiento. Está rodeado de naturaleza y se sitúa a sólo 800 metros de un lugar ideal para los amantes de la bicicleta, lo que lo convierte en un sitio perfecto para los que quieren desconectar del ruido de la ciudad. La comida es deliciosa y de calidad, además el ambiente es acogedor, lo que te hace sentir como en casa. La atención del personal fue excepcional, siempre dispuesto a ayudar y hacer nuestra estancia más cómoda.

El acceso al alojamiento puede complicarse un poco, especialmente con vehículos pequeños.

La decoración del Molino De La Ferreria es encantadora, con edificios bonitos y un ambiente acogedor. La habitación que elegí era cómoda y bien equipada, perfecta para una escapada tranquila.

El acceso fue complicado con maletas grandes.

es un lugar perfecto para desconectar y disfrutar del entorno natural. tuvimos calor en la habitación.